El túnel de Ernesto Sábato

Por Marc L. Nash

La obra El túnel, escrita por el prominente escritor argentino, Ernesto Sábato, está narrada por su personaje principal, Juan Pablo Castel.

Castel, el pintor, nos narra su propia historia, comenzando con el encuentro y la muerte de María. Él relata su historia desde la cárcel y comienza con el día en que una muchacha desconocida miró fijamente la escena de uno de sus cuadros, llamado Maternidad, y lo entendió. Para él, la escena sugería una soledad ansiosa y absoluta. En ella, él vio que María también estaba aislada del mundo entero.

Juan Pablo, el protagonista usa demasiada lógica para ordenar y clasificar todas sus ideas. Él es constantemente analítico y racional. Juan Pablo no confía en nadie, y cree que nadie entiende por que él está completamente aislado, como en el oscuro pasillo de un túnel donde nadie puede estar a su lado. Castel cree que no pertenece a ningún lugar, y eso lo sugiere cuando comenta su odio hacia todos los grupos sociales y políticos. Castel mira con antipatía y asco a la gente. En particular, detesta a los críticos de arte porque no son pintores, y comenta que ellos no van a saber lo que es el buen arte. Tampoco soporta las playas, los partidos de fútbol ni las carreras. Le gusta lo solitario o aislado. La única clase de gente que aprecia son los chicos porque son inocentes, llenos de ternura honesta, verdadera simpatía y compasión, "pero van a ser hombres." Juan Pablo se cree superior a los otros hombres, los considera sucios, feos e incapaces de profundidad. Su soledad no lo asusta, "es casi olímpica," con tal que no se tenga que relacionar con esos cochinos. Aquí, Juan Pablo, busca una ética para escapar los traumas de la humanidad. Es obvio que tiene una lucha interna entre lo racional y lo existencial.

Nos dice que él es común, como los otros. Define su problema como el problema de todos: la existencia del hombre y su búsqueda por la identidad. En Castel podemos ver su mundo exterior e interior (espiritual). Juan Pablo nos sugiere que ordenar sus ideas, como de costumbre, y expresar sus emociones más profundas, es la mejor manera de alcanzar la realidad de otros. Esto se puede ver de la manera en que practica lo que va a decir y cómo expresar sus emociones con frases elaboradas y bien preparadas por medio de la lógica. Al final de su elaborada lógica, podemos identificarnos con Castel, o por lo menos el lado que mantenemos oculto de los demás.

Castel, al considerarse superior a la humanidad, se presenta como un dios. No cree en nada sino en sí mismo o en la nada. Castel no le debe a nadie su existencia, y no acepta las costumbres o los valores de la sociedad o de la iglesia. A Juan Pablo, no le interesa el pasado ni el futuro, sólo el presente. Se siente aislado en el tiempo. "A veces creo que nada tiene sentido. En un planeta minúsculo, que corre hacia la nada desde millones de años, nacemos en medio de dolores, crecemos, luchamos, nos enfermamos, sufrimos, hacemos sufrir, gritamos, morimos, mueren y otros están naciendo otros para volver a empezar la comedia inútil". Cristo, para él, es otro humano o un símbolo de la divinidad, que logra dejar este planeta de sufrimiento.

Para Juan Pablo "el tiempo pasado fue peor". Está en la cárcel y los otros prisioneros, '"son gente más limpia, más profunda e inofensiva.... el mundo es horrible y cruel. Me gustaría haber matado seis o siete tipos que conozco." También nos dice que no es mujeriego, que tuvo dificultad para comunicarse con las mujeres.

De su apariencia física no sabemos nada, porque no es importante lo exterior. Sólo sabemos que tiene 38 años, nunca estuvo casado, es un pintor famoso, y no es flaco. Tampoco sabemos mucho de los otros personajes; lo que sabemos es por medio del narrador. María Iribarne es una joven de 26 años. Es la esposa de Allende, el ciego, y la tía de Hunter. Allende y Hunter son primos. Ambos son flacos, altos, imbéciles, inútiles,

frívolos, amantes de María. Mimi Allende vive en la estancia con su primo Hunter. Es hipócrita, miope, torpe, y superficial según Castel. Para él, casi toda la humanidad es como ellos.

Lo que sabemos de María es por la lógica y los sentimientos de Castel; no estamos seguros de poder confiar en el narrador porque su razonamiento es a veces absurdo. Ella es frágil, tímida, con mirada profunda y entendedora. Sus ojos "decían que han vivido mucho." También es la amante de Hunter, Castel, y la esposa de Allende, y tal vez de otros. María entendió el cuadro Maternidad y entendió la soledad del pintor y su propio aislamiento. Por eso le ofreció un puente para que sus mundos se unieran. El razonamiento de Castel antes de matarla era que ella era como los otros: engañadora, sucia, y que juega con las emociones de otros sin sentir nada — una prostituta. "Una irreal criatura en medio de un mundo cruel.''

El narrador usa vocabulario simple, directo y enérgico. Castel quiere comunicarse con otros y ser entendido. Su problema es que deposita toda su fe en la lógica, una lógica a veces impulsiva. Juan Pablo nos dice que uno de los problemas de la humanidad es la mala comunicación. El problema de la comunicación se puede ver entre Mimi y Hunter: hablan demasiado pero no se entienden. Los problemas matrimoniales entre María y Allende provienen de la mala comunicación. Castel tampoco se comunica con María. Él no sabe de que manera ella lo ama.

Es un reto resumir la obra de Sábato porque ésta se caracteriza por un juego de palabras en la mente del narrador, y no hay mucha acción. Al principio, describe su experiencia en la cárcel: su soledad, los otros prisioneros, el amor engañador de María y su muerte, la humanidad, la vanidad, el desprecio hacia los falsos críticos, su madre, que él pensaba que nunca iba a morir y ella sí era una persona buena. Nos dice que el tiempo antes de María fue peor.

Comienza su relato cuando María entró en el salón de arte, miró fijamente la ventanita del cuadro La Maternidad y lo entendió. Se dio cuenta que "ella también estaba aislada del mundo entero." Meses pasaron y no vio a esta muchacha. El pintor famoso solo pensó y pintó para esta desconocida. Practicó e imaginó cómo buscarla, o qué le diría al hallarla: ir a todos los salones de arte, buscar un amigo en común que los presentara, encontrarla en la calle y preguntarle bruscamente, "¿por qué miró solamente la ventanita?"

Un día la vio entrar en el edificio Compañía T. Entró, la buscó, pero no la encontró. Al otro día la halló. La agarró del brazo y la llevó a la Plaza San Martín. Ella no opuso resistencia. Él le dijo que la necesitaba, ella respondió, "hago mal a todos los que se me acercan." María le explica la escena de la ventanita: desesperanza, la verdad, la soledad de los dos, el querer escapar de la soledad.

La próxima mañana, María se va al campo de su tío Hunter. Ella le dejó una nota con su marido Allende, el ciego, con sólo una frase, “Yo también pienso en usted." Esto aumentó el amor que Castel sentía por ella.

Sin poder verla, pasó días agitados. Le escribió una carta. En la carta declara su amor y le dice, "nos conocíamos desde siempre, desde mil años atrás." Esa noche tuvo un sueño de una casa vieja y solitaria. Una casa que conocía desde la infancia, la casa era María.

Juan Pablo no sabía de qué manera María lo amaba. Él pensaba que su amor era de madre o de hermana. Juan razona que su amor es fingido. Él le pregunta si hay otros, ella responde: "¡Qué niño eres!” También le preguntó sobre "el problema Allende." La conclusión es que ella "engaña a un ciego." También se dio cuenta que María "levantaba el puente levadizo que a veces tendía entre nuestros amores.... de que el puente estaba levantado para siempre. Algo se había roto entre nosotros."

Se siente aislado de nuevo. En su segundo sueño, él se transforma en un pájaro. Este pájaro no puede comunicarse con nadie y nadie lo va a entender.

Castel visita la estancia. Conoce a Hunter y a Mimi, los cuales tienen una conversación sobre novelas policiales y caballerescas, una conversación absurda. "Ellos son hipócritas, frívolos y superficiales." En la estancia, Juan Pablo se dio cuenta de los celos de Hunter. Sus propios celos aumentan, él quería ahogarla. La conclusión es que María y Hunter son amantes.

A la madrugada, se marcha por tren a Buenos Aires. Castel está infinitamente triste. "Era como si María ya se hubiera muerto." En este tren podemos ver la precisión de sus celos y la violencia de sus pensamientos hacia María. Al salir del tren entró en los bares y aumentó sus pensamientos violentos. Le escribe otra carta donde dice, "¿cómo es posible que una mujer fuera capaz de decir palabras de amor a su marido y a mí, al mismo tiempo que se acostaba con el señor Hunter... también se acostaba con el marido y conmigo."

En una de esas noches de borrachera tuvo su tercer sueño, donde vio a María y a Hunter unidos, y con rabia acepta la derrota. Razona que el destino tenía razón. Castel amenaza a María con matarse si ella no viene para aclarar la situación.

En un bar, se apoderó de una mujer y la llevó a su casa. Juan Pablo se dio cuenta que esa "puta" tenía la misma expresión que él había observado en María. La diferencia era "que esta sucia bestia se había reído de mis cuadros." Concluyó que María también era una prostituta con un amor engañador.

Esa misma noche destrozó sus cuadros con un cuchillo. Regresó a la estancia y con el mismo cuchillo mató a María. Regresó a Buenos Aires y le contó al ciego la manera en que María los había engañado a ambos, pero no engañaría a nadie nunca jamás. Se entregó en la comisaría a la seis de la madrugada.

TEMA PRINCIPAL
— La Soledad —

El tema más prominente en la obra de Sábato, El túnel, es la soledad. El narrador, Juan Pablo Castel, al comienzo de su confesión desde la cárcel nos dice: "Escribo estas páginas de confesión porque pensé que podrían ser leídas por mucha gente... me anima la esperanza que alguna persona llegue a entenderme. Aunque sea una sóla persona." Si hay alguna duda que la soledad no es el tema principal, el narrador mismo al final nos explica la metáfora del título: "... había un sólo túnel, oscuro, aislado, y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida." Castel representa la angustia del aislamiento de la humanidad y lo existencial, su problema es el problema de todos. El hombre siempre está a la búsqueda por la identidad con otros y poder comunicarse con otros.

Juan Pablo nos sugiere que ordenar sus ideas, como de costumbre, y expresar sus emociones más profundas, es la mejor manera de alcanzar la realidad de otros. Esto se puede ver de la manera en que practica lo que va a decir y cómo expresar sus emociones con frases elaboradas y bien preparadas por medio de la lógica. Al final de su elaborada lógica, podemos ver un poco de Castel en nosotros mismos.

Desde su nacimiento, el ser humano está normalmente protegido contra la soledad por el cariño de la madre. Por su constante presencia, ese cariño le da al niño la seguridad, la sensación de protección y confianza. El amor materno llena y envuelve al niño de tal manera que éste no siente ninguna clase de preocupación. Juan Pablo quiere regresar a su infancia, donde la madre lo protegió de la soledad. Esto se puede ver claramente con lo que rodea la obra entera—el cuadro Maternidad. Este cuadro contiene a una mujer

caminando por la playa, y a su lado, tomado de la mano, tiene a su hijo. Dentro de ese cuadro hay una ventanita por la que se asoma una mujer triste que mira al mar. El cuadro fue pintado por el narrador.

Castel comienza su relato cuando María entró en el salón de arte, miró fijamente la ventanita del cuadro Maternidad y la entendió. Para él, la escena sugería una soledad ansiosa y absoluta. En María, vio que ella también estaba aislada del mundo entero. María entendió el cuadro Maternidad y entendió la soledad del pintor y su propio aislamiento. Por eso le ofreció un puente para que sus mundos se unieran. María le explica la escena de la ventanita: desesperanza, la verdad, la soledad de todos.

Ninguno de los dos le prestó importancia a la escena más grande--la de la madre y su niño en la playa. Los dos se estaban engañando sin saberlo. Simbólicamente Juan Pablo representa al niño en la playa y María sicológicamente representa a la madre, su salvación. En una de las cartas que Castel le escribió a María le dice, "nos conocíamos desde siempre, desde mi niñez." Esa noche, Castel tuvo un sueño de una casa vieja y solitaria. Una casa que Castel conocía desde la infancia, la casa era María.

Sus mundos se unieron, pero como es el caso, un día todos los hijos se alejan de la madre y del padre y buscan nuevos caminos de compañía, un complemento para su ser. La seguridad y protección de la madre es temporera—es la ley de la vida. Por eso es que el ser humano, desde muy temprana edad, empieza a buscar la comunicación con otros seres. Así nace la amistad, que es un remedio contra la soledad que experimenta el ser humano.

El narrador va a tener problemas con la amistad porque detesta a todos los seres humanos y su escape de la soledad va a ser casi imposible. Castel no confía en nadie, y cree que nadie lo entiende, que él está completamente aislado, como en el oscuro pasillo de un túnel, dónde nadie puede estar a su lado. Juan Pablo es un paranoico según el autor. Lo que sí le gusta y ama es a su madre, que él pensaba inmortal y ella sí era una persona buena. Por eso es que quería el amor total de María, la cual representa simbólicamente a su madre, una mujer madura y moderada, aunque María tiene sus angustias y a varios amantes.

El conflicto empieza cuando la madre se retira de su hijo y el hijo se da cuenta de su soledad. Sicológicamente, María lo protegía de su soledad, con el cariño y ternura de una madre. El error de Castel fue quererla como su amante. El narrador estaba convencido de que el amor carnal es un camino para llegar a aquella unidad ideal del aislamiento. Cuando la inocencia de ese amor termina, como les pasó a Castel y María al ser amantes, la ternura honesta, la verdadera simpatía y compasión entre madre y niño llega a su fin.